JARANA EN MI MENTE, PARTE 4.
Que quizás esto no iba de ganar dinero, escalar socialmente, pasar por el aro de los hijos, hipoteca y curro lunes/viernes con vacaciones a la playa si se puede.
Que quizás esto iba de amar y ser amado,
de darlo todo por otros y recibirlo también
a cambio, de ser bueno. Y de ti. Conmigo.
Recuerdo los espectaculares atardeceres.
Recuerdo los cálidos besos bajo aquel árbol.
Recuerdo las caricias que se volvían cosquillas.
Recuerdo los suplicantes gemidos en mi oído.
Recuerdo el taladrante ritmo de nuestro amor.
Recuerdo dormir tan juntos que éramos uno.
Recuerdo esos viajes por el mundo, de la mano.
Recuerdo las sonrisas, los jadeos, las lágrimas.
Recuerdo los preciosos amaneceres a tu lado.
Recuerdo nuestro restaurante japonés preferido.
Recuerdo muchísimo, lo recuerdo todo...
¿Cómo no iba a hacerlo, si es mi invención favorita!?
Despertador.
Sueño.
Seguir currando.
Madrugando.
Bostezando.
Cada día.
Y toda esa mierda.
La que te escupe:
Bienvenido al mundo real.
Pues a lo mejor lo que hay que hacer es quitarse la cruz de encima que traemos de serie.
Y sentir la libertad y ligereza que da vivir sin ataduras, sin peso, sin las obligaciones de otros.
A lo mejor, no lo sé.
Yo por si acaso aparco aquí la mía, que es grande.
Y a vivir.
El secreto a veces está en saber leer.
Está, por ejemplo, en las mayúsculas...
Y entonces todo está claro.
A veces en la vida pasa igual.
Nos comemos las mayúsculas que dan sentido a determinados momentos.
Y así nos va.
Que se joda el café.
Que se joda el vino.
Que se joda la cerveza.
Que se jodan todas las drogas.
Que se joda esa serie favorita.
Joder, que se joda incluso la pizza!
A lo único que soy verdaderamente adicto es a tus besos.
Que son lo único que no tengo...
Y aún me pides que sonría?
Quise recolocar las piezas de mi corazón
cual Tetris y al final no pude.
Me faltaba una pieza.
Una grande e importante.
La que tenías tú.
Sin ésa, mi corazón no está completo.
Ni bien montado, ni casi funcional.
Esa pieza... Lo era todo.
Y no me la has devuelto.
Ni yo te la pido...
Hay personas que son lugares.
Puertos para tu barco sin timón.
Bares para tu sed de cosas malas.
Hoteles para tu enorme cansancio.
Y esas personas nos salvan.
En la tempestad.
En la adicción.
En el agotamiento.
Esas personas merecen todo el crédito...
Que normalmente no les damos.

Comentarios
Publicar un comentario
Pon aquí lo que te pida el cuerpo.