DARKNESS IN YOU
De la oscuridad nacen los seres más extraños, más aterradores, y también los más únicos, luminosos y extraordinariamente bellos.
Del dolor, de ese inabarcable pozo negro, nacen corazas indestructibles, miedos ancestrales y herramientas poderosas para usar como emociones.
Y de lo más hondo del inframundo desconocido sale esa fuerza, esa rabia y esa adrenalina vital que a chorros nos impulsan a lo bueno, a lo malo y, casi siempre, a lo peor...
Así que busquemos bien dentro, en lo más profundo, en lo desconocido y que nos paraliza y aterra, porque ahí está el verdadero arsenal de armas para afrontar el gris y tedioso día a día y luego permitirnos dormir en nuestro decorado y preferido ataúd a medida.
Como siempre ha sido.
Como sin duda es hoy.
Como será también mañana.
No dejes que gane el miedo.
Es sólo una fina y débil pared creada por ti en la mansión de las emociones.
Derríbala porque, al fin y al cabo, es tu jodido edificio. Y tú mandas en él.
Y deja espacio para el odio, el desprecio, el asco, la condescendencia y la indiferencia.
Eso será lo que más usarás cuando salgas fuera al mal llamado 'mundo real'.
No te fíes, y sigue tu oscuro instinto de desconfianza y duda.
Nunca falla. Nunca.
Fuera, me temo, hay gente. Personas. Humanos.
Cada uno de ellos, una casi infinita y dura prueba de tu paciencia y tu autocontrol.
Cada uno, un muñeco que refuerza tus ganas de volver dentro, a la dulce, cálida y fluida negritud de tu alma.
Usa tus armas, ésas que ya conoces y llevas dentro.
Y MATALOS!
A todos, sin compasión, sin piedad, sin perdón, sin todas esas cosas que hace tiempo no entiendes ni visitas.
Habitaciones inútiles que no caben en tu cementerio de emociones porque así tú lo has ordenado.
Ármate de valor, locura, ansia, hambre, superioridad y báñalo en canciones que jamás has soñado, que jamás han sonado.
Y entonces apunta, dispara.
A TODOS...
No solo te oigas. Escúchate. Fuerte, claro, inequívoco.
Como nunca lo has hecho, como nunca te han dejado, como siempre has deseado.
Bucea hasta donde no sabías que hubiera nada, porque eso te dijeron.
Y resulta que sí hay, que siempre hubo, solo que no querían que llegaras, que lo vieras.
Cada disparo te da la razón, te hace más grande, más fuerte, más poderoso, más cercano a dios.
Y que se vaya preparando...
Porque luego le toca a ÉL.
Y tu transformación en algo mejor será ya completa.
Nadie lo entenderá, nadie sabrá verla entera, abarcarla, darle forma.
Tú sí. Puede que algún otro loco iluminado también.
Eres el hombre que de la mayor de las profundidades sacó el puñal, lo esgrimió con orgullo y mató a dios.
No habrá titulares porque habrás agotado toda la tinta negra del mundo.
Que ahora fluye por tus vigorosas, poderosas y venenosas venas.
No temas al cambio, a tu oscuridad, que es tuya y personal, útil y amiga, ni cedas o pliegues a la presión de los mediocres, al entorno gris y plano, a lo que se dice y oye, a lo “normal”.
No es real, es el mantra que no te deja oírte, la manta que te quieren poner para tapar la verdad..
Esa que tú ya sabes, desde siempre, desde tu primera viscosa célula inflamada.
Sumérgete y sal nuevo. Sal otro.
No temas esa voz grave de tu cabeza, ese (aparentemente) mal consejo, ese grito interno que te rasga por dentro, entero, y te duele.
Eso eres tú. Que salga y que domine. Que reine.
Y tras dejar atrás miedos y tabúes, emergerás del negro lodo del dolor como un ser potente, divino, poderoso y adictivo.
Serás quien debías ser, quien siempre supiste que eras, quien no te dejaban siquiera intuir...
EL DESTRUCTOR!
Sea.

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