BULLSHIT BLOGGER, VOL. 6


Esa tremenda sensación de no querer estar en otra parte... Sólo la tuve cuando te besaba. 

Nunca un pretérito dolió tanto. 


... Y pensar en ti y solo en ti cuando el profesor me pregunta cuál es mi obra de arte favorita de todos los tiempos. 

Y ni él puede suspenderme por ello. 


La venganza es un plato que se sirve frío... 

Y blando, pocho, recalentado y sin ya casi olor... 

Pero, joder, sigue quitando el hambre. 

Y va sobre eso, no? 


Desangrarme hasta por fin vivir.

Ahogarme hasta poder al fin sentir.

Escalar hasta llegar a tu más hondo agujero. 

Sentirse tan pobre que sólo te quede dinero. 


Notar cómo sale la vida y entra la esperanza. 

Querer ser Don Quijote sabiendo que eres Sancho Panza.

Morir del todo para verlo todo claro. 

Estar indefenso para poder sentir amparo. 


No queda otra que avanzar hacia atrás.

No hay más destino que el pasado que dejamos detrás.

La contradicción como lo único coherente en la vida. 

El hambre como único recuerdo de la comida. 


Qué curioso que conocerte me hiciera perder el conocimiento. 

Sin darme nada lo fuiste todo.

No hay día en que no te olvide.


Llegaron, nos analizaron y con total facilidad nos arrasaron. 

Quizás nunca fuimos rivales para ellos. 

Quizás nos lo merecíamos, era nuestro cruel pero justo destino. 

Verlo, no poder cambiarlo, sufrirlo... Vivirlo. 

Así ocurrió, así ocurre y así ocurrirá. 

Siempre perderemos ante los ricos. Siempre. 

Nunca hubo partida, nunca hubo pelea. 

La realidad fue un amaño que en su crueldad nos guiñó un ojo. 

Y nada más. 

Mentalízate, ahora te toca perder a ti. 

Otra vez. 


Fui, una por una, superando con sudor, lágrimas y titánico esfuerzo todas las pantallas del raro videojuego llamado vida en que estaba metido. 

Hasta que resultó que el villano final, la última prueba, era yo. 

Y, claro, game over. 

Insert coin... 


No hay noche en la que no beba vino porque es lo único que, aun pálidamente, me recuerda al sabor de tus labios.

Aunque me temo que emborracha mucho menos. 


Me duelo tanto que ya no tengo dudas. 

Soy mi puta peor enfermedad. 

Y la única incurable e irreversible. 


De la morfina a la adrenalina por culpa de la cocaina en sólo un infarto. 

Game over. 

¡Pero vaya partida, colega! 


Prefiero la plata al oro. 

Saber que aún puedes mejorar es infinitamente mejor que sentirte o ser el primero. 

Eso, y que ganar es muy cansado. 

Supongo. 


Si beber me ayuda a olvidarte, beberé. 

Si beber me hace alejarme de ti, beberé. 

Si beber me abre otras realidades, beberé. 

Si beber me lleva a otros mundos, beberé. 

Si beber es la solución a casi todo, beberé. 

Si beber es parte de mi oscuridad, beberé. 

Si beber es lo que me separa de la locura, beberé. 

Joder, a poco que me quede un sorbo de cerveza aún en la nevera, y ya sin ni siquiera recuerdo de su gas... Beberé. 


- Defínete en una palabra. 

- Complicado. 

- Ya, pero inténtalo. 

-... 


Yo quejándome de mi corazón roto y ahora que lo tengo, tembloroso, sangrando y caliente, en la palma de mi mano, veo que no le pasa nada... 

Pero pone Made in China, eso sí.

Más pronto que tarde, fallará. 

Bueno, salió barato. 


Mi sombra, mi esperanza y mi sentido del humor se han puesto de acuerdo y se han pirado juntos. Los muy cabrones. 

No les echo mucho de menos, pero sí les envidio un poco, joder. 

Quién pudiera irse!

Verdad? 


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