Entradas

Mostrando entradas de julio, 2022

FUEGO.

Imagen
Ellos no lo entenderán. Pero es fuego. Del que quema y te gusta. Del que sale de las entrañas. Del que entra en los genitales. Del que siempre quieres más.  Es tú y yo. Siempre.  Sí, es fuego.  Apretados, unidos, fuertes.  Vistiendo un pijama de sudor y saliva.  Rozando cuerpos y almas erectas.  Besando lo duro y lo blando.  Mezclando carne y sangre.  Y del resto de fluidos ni hablamos.  Definitivamente es fuego.  Palpitando en corazones y sexos.  Apretando senos, culos, huevos.  Arañando espaldas y muslos.  Mordiendo pezones y labios.  Incluso los de tu boca de perdición.  Es jodido fuego.  Lamiéndonos zonas prohibidas.  Agarrando cuellos que gritan.  Bajo una capa de brutales gemidos.  Sobre un colchón de voces provocativas.  Entre suspiros y anhelos convertidos.  Es fuego, está claro.  Y es brutal, del que consume tu esencia.  Del que te vuelve adicto a ella.  Del q...

NADA...

Imagen
Nada. No tengo nada. En principio, suena triste. Y según cómo te lo tomes, puede llegar a serlo, sí.  Pero a mí me suena a libertad. A viajar ligero, sin lastre.  Sin pesos, peros ni concesiones.  Nada.  La más absoluta nada.  No tengo nada que perder. Nada que ganar. Nada ni nadie a quien defraudar (excepto a mí mismo, claro, pero eso no es nada) No tengo nada que esperar de nadie. Y no estoy obligado a entregar nada a nadie. Y no me enfado por nada.  Nada.  Porque en ese nada, se incluye el corazón, los sentimientos, las emociones. No hay, no hay nada. Pero cual coraza vacía, floto en el temporal. No me hundo como el resto. Nada tira de mí hacia abajo, hacia el fondo. Nada me ata. Nada me lo impide y, ¡oh!, eso es una maravilla en cualquier contexto imaginable. Nada.  Nada que y por lo que aparentar. Si nada tienes, nada debes. Nada arriesgas. Nada pierdes. Tampoco ganas nada, pero es que este antiguo y previsible juego hace tiempo que me aburre...

AZUL

Imagen
No sé por qué callé, pero ahora me arrepiento. No sé por qué me asustó decirte lo que siento. No sé por qué dejé entrar el miedo en mi mente. No sé si de habértelo dicho, hubiese sido diferente. El caso es que callé, y guardé para mí esa frase. El caso es que creí que por fin podía empezar otra fase. El caso es que al final acabó ganando el mutismo. El caso es que siempre me acaba pasando lo mismo. Ahora, tú no estás y te has llevado tu azul a otra parte. Ahora, yo estoy tratando de juntar lágrimas y convertirlas en arte. Ahora, Srta, te has ido, feliz y radiante, para ya no volver. Ahora, te deseo lo mejor porque tengo un maldito buen perder. Azul, así me imaginé por un segundo mi futuro.  Azul, toda una amalgama del celeste al más oscuro.  Azul, como metáfora de la mayor y más sincera felicidad.  Azul, ahora clavado en mi mente porque ya no será realidad.  Perdona mi silencio, Srta, debí ser más valiente.  Perdona que me duela infinito verte con otra gente....