DEPRESIÓN.
Va despacio, imparable, como una marea. Te atrapa del todo, dónde y cuándo sea. Crees que es pasajero, sólo un bache. Pero al final tu vida es tu propio escrache. Cambios constantes en la puta medicación. Para acabar siendo un extra en tu propia función. Abandonar el entusiasmo del día a día. Que esperanza suene a libro de fantasía. No recordar ya el sabor de las cosas. No recrearme en poesías ni en prosas. Dar por perdido el tiempo que queda. Saber que no hay otra cara de la moneda. Dejar de sentir por uno mismo y el resto. Hacer del hastío mi personal manifiesto. Esfuerzos titánicos para seguir en la brecha. No dejar que vean cuán corta es tu mecha. Lo llaman depresión, te lo escupen con morbo. Y hace que tu corazón sea tan sólo un estorbo. El lejano horizonte parece inalcanzable. De llegar a mañana casi mejor ni te hable. La luz se diluye en diez mil tonos de gris. Donde más te duele? Pues seguro que es allí... Ya no hay consuelo ni siquiera en el amor. Dime acaso si de ...